Menú de Navegación+

Dentro de un año desearás haber empezado hoy

Publicado el 12/03/2015

ibm_pc_5150_500pxEl título de este artículo podría haber sido «si dejas de aprender, estás muerto» o «renovarse o morir» y frases hechas similares. Pero detrás de estas frases tópicas se esconde una gran verdad de la época que nos ha tocado vivir. Si me permites, te expondré mi caso. Pronto cumpliré los cincuenta. Llevo más de media vida trabajando. Si al empezar mi carrera hubiese opositado a notario, registrador y oficios similares, mi trabajo sería ahora exactamente igual que entonces. Tal vez, igual que en el siglo XIX. Pero no, me hice informático. Empecé teniendo que explicar en qué consistía mi trabajo y nadie lo entendía. Las pantallas eran verdes o naranjas. Los datos se guardaban en disquetes. Las impresoras machacaban papel con agujeritos. Internet no existía fuera de algunos centros norteamericanos. El diseño y la tipografía eran mucho más propios de las artes gráficas que de nuestro trabajo como programadores. Nunca imaginé en aquellos tiempos que tendría que escoger una paleta de color o un tipo de letra para mis aplicaciones.

Dentro de un año desearás haber empezado hoy

No hace falta que te cuente como es mi trabajo actualmente. Todo el mundo lo sabe o cree saberlo: los informáticos somos casi magos que podemos hacer cualquier cosa. Y cosas muy bonitas y molonas, que ayudan a la gente más en su ocio que en las aburridas necesidades de un contable. Puedes imaginar las veces que habré tenido que reinventarme durante estas décadas. Y según parece, aún me quedan veinte años para jubilarme. Por eso, hace dos meses lo dejé todo y me marché fuera de la Isla a pasar ocho semanas en un curso intensivo de programación web con compañeros de estudios y profesores que podían ser mis hijos por edad. Todas las clases son en inglés, por lo que he tenido que perder el miedo a presentar en público hablando en esta lengua. La experiencia fue tan positiva o más de lo que esperaba, con lo aprendido podré dar un empuje a mi carrera por otros cinco u ocho años más. Luego repetiré.

Por eso, si has leído hasta aquí, tienes mi edad y aunque tengas trabajo, no te apoltrones: todo va a cambiar y cada vez más deprisa. La Isla ya no nos protege del exterior como antes, muchos oficios desaparecerán, pero vendrán otros nuevos. No desaproveches ninguna oportunidad, piensa que dentro de un año desearás haber empezado hoy.